En la última clase, como en la
mayoría de las asignaturas que tenemos, los profesores se interesan por saber
qué opinión tienen y han tenido los alumnos acerca de su asignatura, de los
contenidos de ésta, y de los aprendizajes que han podido o no llevar a cabo
durante su transcurso. Para ello, nosotros y nosotras como alumnos y alumnas,
tenemos que exponer tanto los aspectos positivos como los que creemos que deben
mejorar de ella. Esto es lo que se conoce como evaluación. Su objetivo
principal es conocer la opinión de los alumnos sobre la asignatura y poder
llevar a cabo, en base a ella, los cambios pertinentes para la mejora de la
asignatura para los próximos años. Así, normalmente, se nos hacen preguntas
relacionadas con la asignatura. En el caso de Programas de Acción
Sociocultural, Carles nos ha planteado la realización de la evaluación de la
asignatura mediante una dinámica, dotada de un carácter lúdico que abandona la
monotonía.
El nombre de la dinámica es “hoja
sobre tierra”, en la que cada alumno y alumna debe coger un folio en blanco y
poner en una cara los aspectos fuertes y positivos de la asignatura y por la
otra, por el contrario, los aspectos débiles y que a su parecer deberían
cambiar para mejorar la dinámica de la clase. Así, los que estábamos en clase
lo hicimos, incluyendo al profesor, para después crear un círculo imaginario y
depositar nuestra evaluación entorno a él. Tras haberlo hecho, teníamos que
caminar por el círculo observando lo que el resto de compañeros y compañeras
habían escrito, manteniendo siempre nuestro anonimato para que las opiniones
sean lo más sinceras posibles.
De este modo, cuando el profesor
lo decide dice “ya” y los participantes deben coger una de las hojas que se
encuentran en el círculo, sin que sea la propia, por supuesto, y rellenarla con
otros aspectos tanto positivos como negativos que piense que el compañero que
ha evaluado no ha descrito.
Este ejercicio se puede hacer
varias veces, las que el profesor crea conveniente, haciendo que los
participantes reflexionen acerca de la asignatura y de lo que ésta ha
significado para ellos. La metodología de actuación es siempre la misma y se
puede realizar durante el tiempo que el profesor considere necesario.
Tras hacer este tipo de
evaluación y cuando el profesor decidió
que ya era suficiente, cada uno de nosotros cogió un folio, con la única
consigna de que no fuera el nuestro propio.
Tras esto y con la idea de
dinamizar aún más el proceso de evaluación de la asignatura, el profesor nos
pidió que compusiéramos una canción o que creáramos un poema con los aspectos
positivos y negativos que teníamos enfrente, plasmados en la hoja de alguno de
nuestros compañeros. Así, se hicieron construcciones dotadas de mucha
imaginación, que podían ser individuales o de grupo, y que luego tenían que
mostrarse a los compañeros, sin ser esta condigna obligatoria, ya que puede ser
que alguno de los participantes tenga vergüenza a la hora de hacerlo.
El profesor fue en todo momento
uno más, llegando a rapear los aspectos positivos y negativos de la asignatura
frente a los alumnos, que no pudieron evitar reírse. Fue una dinámica muy
amena, lúdica y divertida, en la que pudimos decirle al profesor todo lo que
pensábamos acerca de su asignatura mediante la seguridad que producen otras
herramientas de expresión diferentes a las habituales, como son la música y la
poesía. Con esta dinámica nos dimos cuenta de que en nuestra clase había
verdaderos diamantes en bruto por descubrir, que nos habían ayudado a quitar un
poco del estrés que, debido a los exámenes, exposiciones y trabajos, acumulamos
los alumnos y alumnas en la recta final del curso: el interminable mes de mayo.
Aquí os dejamos la canción de una de nuestras bloggeras.
Carmen Fabuel Alonso