Y ya que, como podéis ver, la cultura es la que ha dado hasta ahora forma a nuestro Blog, no podemos evitar hacer mención a las políticas culturales. Las políticas culturales son un conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales, debidamente deliberadas que los organismos públicos ponen en marcha para responder a las necesidades que se presentan en una sociedad o comunidad concretas.
Así, las políticas culturales, se mueven por diversos principios, como:
- la promoción de la identidad cultural;
- la protección de la diversidad cultural;
- el fomento de la creatividad; y
- la consolidación de la participación ciudadana.
Pero ¿qué está sucediendo en las sociedades actuales, más concretamente en la nuestra, que estos principios no están siendo el eje fundamental que las rige? Pues bien, podemos encontrar multitud de respuestas a esta pregunta, dependiendo de quién la vaya a responder. Por nuestra parte, creemos que, como generalmente sucede en las sociedades modernas y en la vida, la práctica difiere en gran medida de la teoría. De este modo, las políticas culturales han pasado a ser herramientas manipuladas por el mercado y la demanda que en éste se genera. Se ha dejado de atender a las necesidades de la población para centrarse en los beneficios materiales y económicos que se pueden obtener de la cultura, siendo que es vista como foco de turismo más que como técnica de enriquecimiento para una comunidad o población. Por tanto, podemos decir que los principios arriba nombrados no se hacen evidentes en la realidad cultural.
La cultura no se encuentra al alcance de todos, siendo que es un bien de interés comunitario. Todos y cada uno de los individuos de una sociedad son sujetos creadores de cultura. Todos ellos tienen valores, creencias y actitudes propias influenciadas por el contexto que les rodea. La cultura está en cada uno de nosotros, en nuestras interacciones, en nuestra toma de decisiones. Todo es cultura y la cultura lo es todo.
No obstante, si hablamos de cultura, es imprescindible la relación que existe entre ésta y la educación. Porque la educación, al fin y al cabo, es cultura, y la cultura, es educación. Sin embargo, con el término "educación" no pretendemos hacer referencia a la escuela en sí, sino a las experiencias educativas que se dan en el día a día, en un momento y lugar concretos, y con unas variables determinadas; a cada uno de los acontecimientos que producen un cambio, sea cual sea, en nuestra manera de percibir, pensar y sentir las cosas que suceden a nuestro alrededor, es decir, en nuestra forma de vida. Y la educación sólo puede darse en el encuentro con el otro, en las relaciones que establecemos con las demás personas, en un contexto de aprendizaje que debe ser facilitado por el educador, en el que educando y educador deben beber el uno del otro,con el fin de lograr el propio desarrollo personal. Como dice Marina Garcés en su artículo l'educació en un món comú: "una persona o una societat educades són aquelles que són capaces de determinar lliurement el seu valor i els seus criteris alhora que assumeixen que la vida, aquesta que hem d'aprendre a viure, és un problema comú".
"Cada momento de búsqueda es un momento de encuentro. Mientras busqué mi tesoro, todos los días fueron luminosos, porque cada momento formaba parte del sueño de encontrar y descubrí por el camino cosas que jamás habría soñado encontrar, si no hubiera tenido el valor de intentar cosas imposibles".
Paulo Coelho (El Alquimista, 1988)
Carmen Fabuel Alonso
Carmen Fabuel Alonso
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